Es necesario triunfar en la vida.
Si usted quiere verdaderamente triunfar debe comenzar por ser sincero consigo
mismo: reconozca sus propios errores. Cuando reconocemos nuestros propios
errores estamos en el camino de corregirlos. Todo aquel que corrige sus errores
triunfa inevitablemente.
El hombre de negocios que diariamente culpa a otros de sus
propios fracasos y jamás reconoce sus propios errores no podrá triunfar.
Recuerde que los grandes criminales se consideran a sí mismos como santos. Si
visitamos una penitenciaría comprobamos que ningún ladrón o criminal se
considera culpable. Casi todos se dicen a sí mismos: «Yo soy inocente», No
caiga usted en el mismo error; tenga el valor de reconocer sus propios errores.
Así también se evitará males peores.
Quien reconoce sus propios errores puede formar un hogar
feliz. El político, el científico, el filosofo, el religioso, etc., que llega a
reconocer sus propios errores, puede corregirlos y triunfar en la vida.
Si usted quiere triunfar en la vida NO CRITIQUE A NADIE.
Quien critica a los demás es un débil, mientras el que se autocrítica, de
instante en instante, es un coloso. La critica es inútil porque lastima el
orgullo ajeno y provoca la resistencia de la víctima que entonces busca
justificarse a si misma. La critica provoca una reacción inevitable contra su
propio autor. Si usted quiere verdaderamente triunfar, escuche este consejo: No
critique a nadie.
El hombre o la mujer que sabe vivir sin criticar a nadie, no
provoca resistencia ni reacciones de parte del prójimo y consecuentemente se
forma un ambiente de éxito y progreso por otro lado, el que critica a otros se
llena de orgullo y vanidad y este orgullo y esta vanidad inherente en ellos
produce una reacción (resentimiento, odio, etc.) que va dirigida contra el que
los critica. Concluimos entonces que el que critica a los demás fracasa
inevitablemente Aquél que quiere corregir a otros, es mejor que comience por
corregirse a sí mismo. Esto resulta mejor y menos peligroso.
El mundo está repleto de seres neurasténicos. El tipo
neurasténico es criticón, irritable y también intolerable. Son muchas las
causas de la neurastenia: La impaciencia, la cólera, el egoísmo, la soberbia,
el orgullo, etc. Entre el espíritu y el cuerpo existe un mediador: el sistema
nervioso. Cuide su sistema nervioso. Cuando su sistema nervioso se halle
irritado por algo que le canse, es mejor huir de eso. Trabaje usted
intensamente pero con moderación. Recuerde que el trabajo excesivo produce
fatiga. Si usted no hace caso a la fatiga, si continua con el trabajo excesivo,
entonces la fatiga es sustituida por la excitación. Cuando la excitación se
hace morbosa se convierte en neurastenia. Es necesario alternar el trabajo con
el descanso agradable, así evitamos el peligro de caer en la neurastenia.
Todo patrono que quiera triunfar debe cuidarse del peligro de
la neurastenia; el patrono neurasténico critica todo y se vuelve insoportable;
el neurasténico aborrece la paciencia y como patrono se convierte en el verdugo
de sus trabajadores. Los obreros que tienen que trabajar bajo las órdenes de un
Patrono neurasténico y criticón terminan por odiar al trabajo y al patrono.
Ningún obrero descontento trabaja con gusto. Muchas veces las empresas fracasan
porque los obreros están descontentos y de tal manera no trabajan
eficientemente.
El neurasténico como obrero o empleado de oficina, se vuelve
rebelde y termina por ser despedido del trabajo. Todo trabajador neurasténico
busca la ocasión de criticar al patrono. Todo patrono tiene orgullo y vanidad y
es claro que se siente ofendido cuando sus empleados lo critican. El trabajador
que vive criticando al patrono termina por perder el trabajo. Cuide usted su
sistema nervioso. Trabaje con moderación. Diviértase sanamente. no critique a
nadie. procure ver en todos los seres humanos lo mejor.
Ejercicio para dominar la ira.
¿Se siente usted irritado o lleno de ira? ¿Está usted
nervioso? reflexione un poco; recuerde que la ira puede provocar úlceras
gástricas controle la ira por medio de la respiración: Aspire muy lentamente
(no aspire por la boca, aspire por la nariz manteniendo la boca bien cerrada)
el aire vital contando mentalmente 1, 2, 3, 4, 5, 6. Retenga ahora el aliento
contando mentalmente, 1, 2, 3, 4, 5, 6. Exhale ahora el aliento muy lentamente
por la boca contando mentalmente 1, 2, 3, 4, 5, 6 Repita el ejercicio hasta que
se le pase la ira.
By: Samael Aun Weor // Futureofthelive
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